
El sensor de velocidad es importante para muchas cosas, si quieres saber todo sobre el sensor de velocidad de los coches, quédate y lee este buen artículo.
Operando el sensor de velocidad
Los nuevos coches contienen una unidad de control del motor y muchos sensores electrónicos diferentes que se comunican con ella. El sensor de velocidad es uno de estos sensores y su tarea es calcular la velocidad a la que giran las ruedas. En última instancia, esto determina la velocidad a la que va el vehículo.
Función básica
Si miramos el velocímetro en el tablero, el sensor de velocidad ayuda a determinar las millas por hora actuales. Mientras tanto, el sensor de velocidad envía esta información a la unidad de control del motor para que pueda controlar otras funciones del vehículo. Algunas de estas funciones controladas incluyen el tiempo de ignición, los puntos de cambio de transmisión y la relación aire/combustible en la cámara de combustión interna.
Principio de funcionamiento
Los sensores de velocidad se denominan generalmente sensores de velocidad de la caja de cambios porque están conectados a la caja de cambios. Cuando la caja de cambios está en uso, los sensores de velocidad detectan la relación de cambio. Actualmente, encontrarás dos sensores de velocidad en la caja de cambios de cada nuevo vehículo. Un sensor de velocidad se llama el sensor de velocidad del eje de entrada y el otro se llama el sensor de velocidad del eje de salida. Estos dos sensores trabajan juntos para transmitir información a la unidad de control del motor.
La función del sensor de velocidad del eje de entrada es rastrear la velocidad del eje de entrada de la transmisión. El embrague conecta el eje de entrada al motor para que pueda girar a la misma velocidad. Pero con las cajas de cambio, puedes reducir la velocidad de las ruedas para que no vayan siempre tan rápido como el régimen del motor. Aquí es donde entra en juego el eje de salida, ya que está conectado a las ruedas de entrada y cambia de velocidad dependiendo del engranaje seleccionado. El sensor de velocidad del eje de salida detecta la velocidad de las ruedas motrices y envía esta información al sistema de gestión del motor.
Los dos ejes acoplados permiten que las ruedas giren a una velocidad manejable mientras que el motor sigue funcionando a una velocidad que le permite funcionar de manera eficiente. Esto no sería posible sin el funcionamiento de los sensores de velocidad en los ejes de entrada y salida. En cuanto la unidad de control del motor recibe esta información, compara las dos velocidades diferentes del eje y, a continuación, ajusta automáticamente la marcha correcta necesaria para una conducción suave.
Por esta razón, los vehículos con transmisión automática no requieren que el conductor cambie de marcha, ya que este proceso lo realiza él mismo. Esto hace que la conducción sea mucho más fácil en comparación con los vehículos con transmisión manual.